Para
que yo me llame Patricia, mis padres Monse y Oscar tuvieron que conocerse.
No
fue muy difícil ya que mis abuelos han vivido siempre en Cuenca y ellos,
mis padres, crecieron allí.
Mi
abuela materna se quedó sin trabajo y empezó a trabajar en un supermercado que
era muy conocido en Cuenca, allí empezó a trabajar mi padre, era su primer
trabajo. Los dos se llevaban muy bien y hablaban mucho, un día mi madre fue a
recoger a mi abuela al trabajo y ella le presento al que ahora es mi padre, sus
miradas conectaron. Mi madre, desde aquel día iba a recoger a mi abuela cada
tarde, solo para verlo a él. Empezaron ha hablar y se dieron cuenta de que querían
empezar juntos una vida.
Su
historia no duro mucho, pero lo suficiente para traerme a mi al mundo y con eso
es más que suficiente.